Oh san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.
Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.
¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mi! Amén.
La historia de San José el Parlero: la imagen que le hablaba a Santa Teresa de Jesús.
El Monasterio de la Encarnación, uno de los lugares esenciales en la vida de Santa Teresa de Jesús, reformadora de la Orden del Carmelo, ya que allí permaneció por más de 30 años. Son varios los tesoros espirituales y curiosidades que guarda en su interior este monasterio, pero entre ellos -por la peculiaridad de la historia- llama la atención la imagen conocida como «San José el Parlero», efigie del padre adoptivo de Jesús que la religiosa llevó al convento en 1571 cuando fue nombrada su priora. Se dice que cuando tomó posesión como superiora -conociendo la terrible negativa que había por parte de la mayoría de las monjas, quienes no querían recibirla-, Teresa decidió llevar consigo una imagen de San José con el título «Del Patrocinio», que ubicó el día de su posesión en la silla subprioral, junto a una imagen de la Virgen que situó en la silla prioral. Cuentan que la mística, ya como priora, oró y pidió a San José que le contara todo lo que ocurría en el monasterio; solicitud que el santo patriarca muy presto le concedió: las monjas de la Encarnación estaban convencidas que le padre adoptivo de Jesús le contaba a la Madre Teresa cada falta que cometían. De allí el nombre de «San José el Parlero». Dicen que de tanto hablar y hablar, la imagen quedó milagrosamente con la boca abierta.
San José «El Parlero», Convento de la Encarnacion, Ávila
BIENAVENTURADO PATRIARCA SAN JOSÉ PADRE NUTRICIO DEL VERBO ENCARNADO