Demolición de las fortalezas del demonio con la Preciosa Sangre de Jesús.
Nuestras armas no son las humanas, sino que tienen la fuerza de Dios para destruir fortalezas: todos esos argumentos y esa soberbia que se oponen al conocimiento de Dios. Haremos todo pensamiento cautivo para someterlo a Cristo (2Co 10, 4-5)
El derribar fortalezas es la demolición y el retiro de aquellas formas antiguas de pensar, de tal manera que la presencia verdadera de Jesucristo se puede manifestar a través de nosotros.
Las fortalezas diabólicas se forman por nuestra aceptación a los pensamientos del mal, por ejemplo: las actitudes que protegen al hombre viejo pecador, que se convierten en habitaciones o fortalezas, lugares de opresión demoníaca en la vida de cada persona. Imitemos a Jesús que dijo:
…se está acercando el príncipe de este mundo. En mí no encontrará nada suyo (Jn 14,30)
Las fortalezas diabólicas se forman por nuestra aceptación a los pensamientos del mal, por ejemplo: las actitudes que protegen al hombre viejo pecador, que se convierten en habitaciones o fortalezas, lugares de opresión demoníaca en la vida de cada persona. Imitemos a Jesús que dijo:
…se está acercando el príncipe de este mundo. En mí no encontrará nada suyo (Jn 14,30)
ORACIÓN:
Yo (pronuncia tu nombre) renuncio a mi pasado a través del cual el enemigo el diablo busca distraerme de lo que Dios quiere en mi presente y con miras a mi futuro. Mi pasado con todas las circunstancias que viví lo pongo en las manos de Jesucristo, a quién pido que rompa todas las ataduras demoníacas que me mantienen cautivo a él y de las circunstancias pasadas. Jesús libera mi mente: consciente, subconsciente e inconsciente de toda fortaleza demoníaca que fue formada en mi pasado: infancia, adolescencia, adultez. En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, te ruego me unas a la mente de Jesucristo. Que yo pueda escuchar a Dios y obedecer lo que me pide. Rompe Jesús todo sometimiento a satanás en mi corazón, en mi mente y en mi voluntad, en todo mi ser.
Todo pensamiento diabólico lo renuncio, lo desato de mí y lo ato a la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo para que le obedezcan a Él, de manera que no se encuentre nada en mí que venga del enemigo de Dios. Todo lo pido en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de acuerdo a su divina voluntad, con la intercesión de la Sma. Virgen María y de todos los Santos ángeles y santos.
Padre Santo en Nombre de Nuestro Señor Jesucristo te pido me concedas la renovación en mi mente: consciente, subconsciente e inconsciente . Que tu palabra Señor se haga vida en mi mente , en mi corazón, en mi todo. No quiero vivir más de argumentos malvados, deseo que tu palabra gobierne mis pensamientos. Lena mi mente con tus palabras y de tus pensamientos.
Padre Santo, en Nombre de Jesucristo, elimina todas las mentiras y las confusiones. Libérame de la esclavitud de satanás en mi mente, en mi corazón, en mi voluntad y en todo mi ser. Libérame Jesús de pensamientos negativos, de pensamientos impuros, de pensamientos malignos y destructivos, de pensamientos derrotistas, de pensamientos malvados y egoístas.
En Nombre de Jesucristo, desato todo pensamiento que se levanta en mi mente contra la voluntad de Dios y de sus mandamientos, corto sus atadura, ligaduras, cadenas, sellos y los desato y envío a los pies de nuestro Señor Jesucristo. Los ato allí junto con satanás y todos los demonios que han estado operando, los baño con tu Sangre y los ato en la Santa Cruz sometiéndolos al señorío de Nuestro Señor Jesucristo para que le obedezcan a Él. Sean pisados por el pie de la Santísima Virgen María.
Señor Jesucristo, tócame con tus Santas Llagas y sana ahora mismo mi mente, restáurala para que te sirva y sea para la gloria de Dios . Gracias Santísima Trinidad por cuanto has hecho en mí. Bendito sea el Señor, su gracia hizo maravillas para mí: Mi corazón es como una ciudad fuerte (Sal 31,22). Amén.
Yo (pronuncia tu nombre) renuncio a mi pasado a través del cual el enemigo el diablo busca distraerme de lo que Dios quiere en mi presente y con miras a mi futuro. Mi pasado con todas las circunstancias que viví lo pongo en las manos de Jesucristo, a quién pido que rompa todas las ataduras demoníacas que me mantienen cautivo a él y de las circunstancias pasadas. Jesús libera mi mente: consciente, subconsciente e inconsciente de toda fortaleza demoníaca que fue formada en mi pasado: infancia, adolescencia, adultez. En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, te ruego me unas a la mente de Jesucristo. Que yo pueda escuchar a Dios y obedecer lo que me pide. Rompe Jesús todo sometimiento a satanás en mi corazón, en mi mente y en mi voluntad, en todo mi ser.
Todo pensamiento diabólico lo renuncio, lo desato de mí y lo ato a la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo para que le obedezcan a Él, de manera que no se encuentre nada en mí que venga del enemigo de Dios. Todo lo pido en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de acuerdo a su divina voluntad, con la intercesión de la Sma. Virgen María y de todos los Santos ángeles y santos.
Padre Santo en Nombre de Nuestro Señor Jesucristo te pido me concedas la renovación en mi mente: consciente, subconsciente e inconsciente . Que tu palabra Señor se haga vida en mi mente , en mi corazón, en mi todo. No quiero vivir más de argumentos malvados, deseo que tu palabra gobierne mis pensamientos. Lena mi mente con tus palabras y de tus pensamientos.
Padre Santo, en Nombre de Jesucristo, elimina todas las mentiras y las confusiones. Libérame de la esclavitud de satanás en mi mente, en mi corazón, en mi voluntad y en todo mi ser. Libérame Jesús de pensamientos negativos, de pensamientos impuros, de pensamientos malignos y destructivos, de pensamientos derrotistas, de pensamientos malvados y egoístas.
En Nombre de Jesucristo, desato todo pensamiento que se levanta en mi mente contra la voluntad de Dios y de sus mandamientos, corto sus atadura, ligaduras, cadenas, sellos y los desato y envío a los pies de nuestro Señor Jesucristo. Los ato allí junto con satanás y todos los demonios que han estado operando, los baño con tu Sangre y los ato en la Santa Cruz sometiéndolos al señorío de Nuestro Señor Jesucristo para que le obedezcan a Él. Sean pisados por el pie de la Santísima Virgen María.
Señor Jesucristo, tócame con tus Santas Llagas y sana ahora mismo mi mente, restáurala para que te sirva y sea para la gloria de Dios . Gracias Santísima Trinidad por cuanto has hecho en mí. Bendito sea el Señor, su gracia hizo maravillas para mí: Mi corazón es como una ciudad fuerte (Sal 31,22). Amén.
