“El inefable don de la Eucaristía explicado paso a paso” parte 46
Acabado la parte de la Eucaristía, que llamamos: LA PLEGARIA EUCARISTÍCA, comienza la parte que llamamos: LA COMUNIÓN. Esta parte se inicia con una exhortación que invita a rezar el PADRENUESTRO. La exhortación dice: FIELES A LA RECOMENDACIÓN DEL SALVADOR Y, SIGUIENDO SU DIVINA ENSEÑANZA, NOS ATREVEMOS A DECIR. El Padrenuestro es como una prolongación de la Plegaria Eucarística, con él queremos afianzar nuestra comunión con el Padre-Madre. Es Jesús el que nos enseñó a ponernos en comunicación con el Padre-Madre y a decirle las palabras que él quiere escuchar. Para entrar en comunión con Jesús, hemos de estar comunión con el Padre-Madre. Sólo nos atrevemos, a hablar directamente con Dios, porque Jesús nos lo enseñó y nos lo mandó. Sólo él nos ha abierto la puerta para entrar en la presencia y en la comunicación, con el Padre-Madre