“El inefable don de la Eucaristía explicado paso a paso” parte 43

La celebración de la Eucaristía es un acto de COMUNIÓN (unión común, comunicación integral) con Dios y de comunión con la Iglesia universal, tanto con la Iglesia que vive hoy en el mundo, como con la parte de la Iglesia que ya ha pasado a la casa de la Padre. Y también es un acto de RECONCILIACIÓN, por la muerte de Jesús, entre Dios y la humanidad, y entre nosotros, entre la misma humanidad. Por eso en la plegaria Eucarística se pide por la Iglesia y por toda la humanidad. No podemos participar en la Eucaristía si le negamos la comunicación a alguna persona por muy mal que se haya portado con nosotros. No quiere decir que tengamos que estar de acuerdo con todos, pero no le podemos negar nuestra comunicación y nuestra comunión a nadie, como Dios no nos la niega a nosotros, ni se la niega a ninguna persona.