Consagración a la Divina Misericordia-Día 24

Audio día 24

Día 24 Jesús nos levanta y nos sostiene.

DIARIO

(252) 14 I 1937. Hoy Jesús ha entrado en mi pequeña habitación aislada, con una túnica clara, ceñido de un cinturón de oro; una gran Majestad resplandecía de toda su silueta y dijo: Hija Mía, ¿por qué te dejas llevar por pensamiento de miedo? Contesté: Oh Señor, Tú sabes por qué. Y me dijo: ¿Por qué? Esta obra me asusta. Tú sabes que soy incapaz de cumplirla. Y me dijo: ¿Por qué? Ves que no tengo salud, no tengo instrucción, no tengo dinero, soy un abismo de miseria, tengo miedo de tratar con la gente. Jesús, yo deseo solamente a Ti, Tú puedes liberarme de esto. Y el Señor me dijo: Hija Mía, lo que Me has dicho es verdad. Eres muy miserable y a Mí Me ha agradado realizar la obra de la misericordia precisamente a través de ti que eres la miseria misma. No tengas miedo, no te dejaré sola. Haz por esta causa lo que puedas, yo completaré todo lo que te falta; tú sabes lo que está en tu poder, hazlo. El Señor miró en lo profundo de mi ser con gran benevolencia; pensé que iba a morir de gozo bajo esta mirada. El Señor desapareció, se quedó en mi alma (253) la alegría, la fuerza y el ánimo para obrar, pero me sorprendí de que el Señor no quisiera liberarme, y no cambiara nada de lo que dijo una vez; y a pesar de toda esta alegría, hay siempre una sombra de sufrimiento. Veo que el amor y el sufrimiento van juntos. (Diario 881)

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Por qué el Señor me ha elegido a mí para consagrarme a su Divina Misericordia?
¿Cómo puedo servir al Señor, siendo yo la miseria misma?
¿Por qué a veces me cuesta reconocer que el Señor siempre me sostiene?
Oración de un alma que se deja sostener por el Señor
(Santa Faustina)

Oh Jesús, dame fortaleza y sabiduría para atravesar esta pavorosa selva, para que mi corazón sepa soportar pacientemente el deseo ardiente de Ti, oh Señor mío. Permanezco siempre en sagrado asombro cuando siento que Te estás acercando a mí. Tú, el soberano del trono terrible, bajas al miserable destierro y vienes a una pobre mendiga que no tiene nada más que la miseria; no sé hospedarte, oh mi Príncipe, pero Tú sabes que Te quiero con cada latido de mi corazón. Veo Tu humillación, sin embargo, Tu Majestad no disminuye (255) a mis ojos. Sé que me amas con el amor del esposo y eso me basta, a pesar de que nos separa un gran abismo, porque Tu eres el Creador y yo Tu criatura. Pero el amor es la única explicación de nuestra unión, fuera de él todo es inconcebible; sólo con el amor se comprende la inconcebible familiaridad con la que me tratas. Oh Jesús, Tu grandeza me espanta y permanecería en un continuo asombro y temor si no me tranquilizaras Tu Mismo; Tú me haces capaz de tratar Contigo siempre antes de acercarte. (Diario 881)

CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA (ES PREFERIBLE REZARLA A LAS 15.00H)
¿CÓMO SE REZA LA CORONILLA? (Véase el día 1)
MEDITACIÓN PARA LA HORA DE LA DIVINA MISERICORDIA

Oh Jesús mío, cuando vaya a Tu casa y me colmes de Ti mismo, y esto será para mí la plenitud de la felicidad, no olvidaré la humanidad; deseo levantar las cortinas del cielo para que la tierra no dude de la Divina Misericordia. Mi descanso está en proclamar Tu misericordia. El alma rinde la mayor gloria a su Creador cuando se dirige con confianza a la Divina Misericordia. (Diario 930)

SUPLICAS:

• Pidamos la gracia de servir al Señor con amor y valentía, ya que es Él que nos sostiene.
• Pidamos la gracia de dar testimonio desde nuestra propia vida a los que dudan de la Divina
• Misericordia, para que contemplen la gloria del Señor en sus vidas.
• Pidamos la gracia de dejarnos ayudar por el Señor durante nuestro proceso de conversión (camino hacia la vida eterna).

EN UN CUADERNO, ESCRIBO:
• Primera columna: mis faltas cometidas
• En la segunda columna: mis heridas y dolores.
• Al terminar la jornada: me pongo en la presencia del Señor, bajo la luz del Espíritu Santo y la protección de la Santísima Virgen María para evaluar mi vida:
– He cumplido mis propósitos del día de hoy, conforme a la voluntad del Señor.
– He hecho al menos una obra de Misericordia, tanto corporal como espiritual.
Bendigo el día, doy gracias al Rey de Misericordia y firmo en mi corazón: “Jesús, en ti confío”

A las tres continuamos con el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia.

Padre Eliseo De Egea Gil, Fundador de La Fraternidad del Cordero de la Divina Misericordia.

CONSAGRACION DIVINA MISERICORDIA.

Si Usted dispone de más tiempo y quiere rezar a lo largo del día, en este enlace encontrará distintas oraciones por tramos horarios.

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