“El inefable don de la Eucaristía explicado paso a paso” 29ª parte
El Prefacio acaba con la aclamación de SANTO que tiene dos partes. La primera es una proclamación de Dios como el único bueno, el único justo el único santo. La palabra santo quiere decir algo probado, consagrado, limpio de todo lo que no sea verdadero y auténtico. Se reconoce que Dios es la fuente de la verdad, la bondad, la belleza, la vida, y el amor. Y que es él, y sólo él, quien llena el universo, ya que todo lo bueno, bello y verdadero procede de él. En el Prefacio nos abrimos al SER de Dios. En el SANTO, esta apertura, fe y reconocimiento llega a lo más alto, con la intención de recibir de Dios esa santidad y esa vida que viene de él. Por eso se dice HOSANNA, que significa, sálvanos, que tu vida nos llene. Esta elevación de nuestro espíritu, no es una evasión, pues somos conscientes de quiénes somos y de nuestras limitaciones, sino la manifestación de nuestra aspiración profunda a llenarnos de la vida de Aquel que nos ha creado…