Ver presentación: ¿Cómo vivimos?
Escuchar el audio del Retiro en iVoox
VER, VALORAR, (JUZGAR) Y ACTUAR:
Interrogantes
1)
– ¿Cómo encontrarnos con Dios?
– ¿Cómo encontrarnos con la realidad, con los demás?
– ¿Cómo encontrarnos con nosotros mismos?
– ¿Cómo encontrar la misión que Dios nos ha encargado?
2)
– ¿Cómo unir la fe y la vida?
– ¿Cómo unir oración y acción?
– ¿Cómo unir Eucaristía y compromiso?
3)
– ¿Cómo escuchar las llamadas que Dios nos hace?
– ¿Cómo ser testigos de Jesús en el mundo?
– ¿Cómo ser misioneros y transformar la sociedad?
Os propongo algo que vosotros habéis oído varias veces. Se trata de la espiritualidad o forma
de situarse ante la vida que se llama: VER, VALORAR (JUZGAR) Y ACTUAR. Esto no sólo es un
método para saber cosas, sino sobre todo para vivir ( para vivir la fe) para actuar y para y
cumplir la misión que nos ha dado Dios en este mundo. Habrá otros métodos y otras formas.
Yo os propongo este.
VER
Se trata de ver la realidad, de nuestra vida, de nuestra familia, de la sociedad en que vivimos.
Para analizar, ver en profundidad. No sólo ver las cosas, sino las causas, el por qué las cosas
está así, y qué consecuencias está teniendo la situación en la que nos encontramos.
Necesitamos pararnos y pensar, no contentarnos con una mirada superficial, no tener miedo a
encontrarnos con todo lo que nos ofrece la vida y la realidad.
También es importante que nos demos cuenta de la amplitud que tiene la realidad que
estamos viendo. Es posible que en otros lugares esté pasando lo mismo, que otras personas
esté en la misma situación o en situaciones parecidas…
Nos podríamos preguntar por qué hemos de fijarnos con tanto detalle en la realidad…
Sabemos por nuestra fe que Dios se nos revela a través de su Palabra y que también nos habla
a través de la vida, de los acontecimientos y de las cosas. Nos encontramos con Dios a través
de la vida y de la realidad concreta de cada día y de cada lugar. Y por eso por lo que nosotros
queremos mirar la vida, los acontecimiento y la realidad con mucha profundidad.
Lo primero que se hace con un enfermo es el análisis, o los análisis y las pruebas. Todo lo que
haga falta para ver la realidad y la situación de la salud de esa persona. No hemos de andar con
miedos, que nos impiden ver la realidad de lo que le pasa a la persona que está enferma. El
miedo o la pereza para ver la realidad, no solucionan ningún problema.
¿Por qué tenemos que mirar con tanto profundidad la realidad? La realidad es sagrada, la
realidad está llena de Dios, Dios actúa en la realidad, sobre todo en la vida de las personas. Si
miramos la Eucaristía con respeto, con fe y con el amor más grande, así tenemos que mirar y
situarnos ante la realidad, porque la realidad es sacramento de Dios.
VALORAR (JUZGAR)
Tendremos que interpretar y tener claro lo que significa la realidad que vemos, lo que nos
encontramos. Nosotros somos creyentes. Para nosotros está por encima de todo lo que Dios
nos dice, cómo piensa y cómo se sitúa ante la realidad. Es muy importante traer a colación la
PALABRA de Dios, el Evangelio, la Sagrada Escritura, el Pensamiento de la Iglesia, lo que nos
dicen las personas que han profundizado en el asunto que llevamos entre manos. Tengamos
una mirada amplia, no nos encerremos en nuestros pensamientos y en nuestra forma de ver la
vida, seamos personas abiertas, no nos atemos a ninguna forma de pensar y de ver la vida,
aunque valoremos todas las posturas.
Dejamos a un lado nuestras ideas, nuestros intereses, nuestra comodidad, nuestros miedos y
nuestros gustos, y nos dejamos guiar y orientar por la Palabra de Dios.
Se trata de ver las cosas con los ojos de Dios, de situarnos ante la vida como Dios se sitúa, de
ver lo que nos quiere decir Dios a través de la realidad que estamos viendo, lo que significa esa
realidad según Dios.
Después de los análisis, hemos de ver e interpretar los nos dicen esos análisis, y a qué nos
llaman esos análisis.
Y algo muy importante es escuchar las llamadas que Dios nos hace, qué nos pide, qué camino
hemos de seguir en el futuro, qué cambios ha de experimentar nuestra vida, cómo nos
tenemos que situar de ahora en adelante.
Quizá esta sea lo más importante del ejercicio que yo os estoy proponiendo.
ACTUAR (TOMAR DECISIONES) ATERRIZAR EN EL COMPROMISO
Después de hacer un buen análisis y de pasar por todas las pruebas, habrá que operar al
enfermo, o darle un buen tratamiento y decirle el régimen de vida que ha de llevar. Es decir, se
tendrán que tomar unas decisiones, de acuerdo con lo que se ha visto y se ha valorado.
No hacer nada, o quedarse en buenos deseos, o en buenas ideas o palabras, no tiene sentido.
No serviría para nada, el tiempo y trabajo que hemos dedicado a ver y analizar la realidad en
profundidad, a valorarla e interpretarla y a escuchar las llamadas que Dios nos hace a través de
ella.
Para ser personas, en todos los momentos de nuestra vida hemos de VER en profundidad,
VALORAR-INTERPRETAR para comprender lo que significa y lo que nos pide la realidad y
ACTUAR y comprometernos, ser consecuentes con lo que hemos viso e interpretado. Y esto
hacerlo en cada una de las realidades que nos vamos encontrando en nuestra vida,
comenzando por nosotros mismos y nuestra familia.
No siempre podremos ACTUAR como a nosotros nos gustaría, pero sí que podemos comenzar
a hacer algo, encaminar nuestra vida, ponerla en la dirección, que hemos visto en el VALORAR-
INTERPRETAR.
No llegamos a comprometernos de verdad cuando hacemos una cosa, por muy grande que
sea, sino cuando elegimos un camino, cuando nos comprometemos e invertimos nuestra vida
y nuestras posibilidades en un proceso. Por poner un ejemplo: El matrimonio no es un acto,
sino un caminar, un proceso que dura toda la vida. El matrimonio no son actos, sino una vida,
desde el principio hasta que la vida los separe.
Y el actuar no ha de ser sólo personas, sino también comunitario, del grupo de la comunidad,
un compromiso y una actuación compartida.
Esto que yo os propongo es una espiritualidad que se llama LA REVISIÓN DE VIDA. Es una
manera de creer, una manera de vivir, y una manera de ser y de situarse ante la vida. Se trata
de afrentar cada realidad en particular, viendo la relación que tiene con las demás, pero no
todas al mismo tiempo. Tenemos que ir por partes.
PROPUESTA
Esto que yo os propongo, creo que lo debería hacer, todos los movimientos apostólicos, todas
las parroquias, la Vicaría 3, y la Diócesis de Orihuela-Alicante. Podríamos comenzar por el
Movimiento Familiar Cristiano.
HECHO (VER)
En Elche hay alrededor de 90.000 familias. Estas familias están muy tocadas por muchas cosas.
Sería largo ver toda la problemática que tienen todas y cada una de ellas. Las familias está
influyendo muchísimo en la vida de los niños y los jóvenes, en su vida como personas, en su fe,
en su futuro y en todo.
Para fomentar la evangelización de las familias, entre todas las parroquias de la Vicaría 3 (Elche
y los alrededores), no llegan a 30 matrimonios. Vemos claramente que este campo tan
importante de la sociedad y de la Iglesia, no está evangelizado.
Nos podríamos preguntar por qué están las cosas así, por qué las familias está tan separadas
de la Iglesia y de la persona de Jesús y su Evangelio, qué es lo que habrá hecho que las familias,
los matrimonios estén tan alejados de la fe y de la Iglesia. Y puestos en este camino de ver las
cosas en profundidad, trataríamos de ver las consecuencias que está teniendo esta situación.
JUZGAR-VALORAR
En esta parte, nos preguntamos qué nos dice el Señor de esta realidad, cómo ve Dios esta
situación. Desde el Evangelio y desde la vida de Jesús, qué significa que las cosas estén así.
¿Qué piensa Dios de la familia? ¿Qué quiere Dios de la familia? ¿Cuál es su proyecto sobre la
familia? ¿Está dispuesto Dios a comprometerse para renovar la familia? ¿Cómo quiere Dios
renovar la vida familiar? ¿Qué es la familia para Dios?
Hay un texto evangélico que habla de la familia: (Mr. 3.31-35; Lc. 8.19-21)
Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le
querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren
hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis
hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis
hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi
hermano, y hermana, y madre.
¿A qué nos llama Dios en esta situación de la familia? ¿A qué nos llama la Iglesia y también la
humanidad?
ACTUAR-TOMAR DECISIONES-COMPROMETERSE- RESPONDER A LA LLAMADA QUE DIOS NOS HACE
– Reunión de todo el Movimiento Familiar Cristiano
– Estudio a fon de la situación (VER-VALORAR-ACTUAR?
– Posterior reunión de Vicaría con representantes de todas las parroquias.
– Elaborar un Plan-Proyecto de evangelización de la familia, que sea compartido por
todas las parroquias de la Vicaría.
– Contar-implicar al Vicario Episcopal, al Obispo y a todos los sacerdotes
– Promover la colaboración de todos los Movimiento Apostólicos, Cofradías y grupos de
las parroquias.
– Hacer presente la evangelización de las familias en la catequesis, liturgia, Caritas y
demás ministerios de la Iglesia…
– Elaborar un calendario, hoja de ruta
– Ver cómo pueden implicarse y comprometerse las parejas jóvenes y cómo puede
renovarse el MFC.