“El inefable don de la Eucaristía explicado paso a paso” 21ª parte
En el Ofertorio de la Misa, no sólo hemos de poner el pan y el vino, sino toda nuestra vida… Además de nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestras penas, nuestras esperanzas y proyectos, nuestros éxitos y fracasos, nuestros defectos y compromisos por construir el mundo que Dios quiere. Nos ponemos totalmente en manos de Dios para que él nos transforme en la persona de su Hijo, como hace con el pan y con el vino por medio de su Espíritu Santo. Es un momento de la celebración en el que hacemos unimos la fe con la vida, y nos damos cuenta de que todo ha de estar orientado a construir el Reino de Dios en este mundo.