Una verdadera joya cinematográfica. Su guion es tan elaborado y tan sensible, que dudo que quien la haya visto, no se haya conmovido hasta las lagrimas por tan bella y sencilla historia. Ideal para los tiempos que corren, donde abunda la incredulidad, el egoísmo, el consumismo, estamos invadido de tanta tecnología que no escuchamos la Palabra de Dios.
El Convento de las Carmelitas Descalzas se sitúa en la calle Donoso Cortés y conserva en su pequeña capilla la imagen del Cristo que se utilizó para la película Marcelino, pan y vino. Ver imágenes
Ver: Marcelino Pan y Vino (fragmento escrito)
El amor perfecto es posible y lo vemos en la cruz. Si comenzamos a amar, en ese caso el amor perfecto de Dios puede habitar en nuestros amores frágiles y limitados. San Agustín nos dice: “¿Has empezado a amar? Dios ha empezado a morar en ti”.
Si aceptamos amar a la otra persona tal y como es, sin quejarnos ni culpabilizar, el amor perfecto de Dios hará su morada en nosotros.
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS: Ver: Catecismo de la Iglesia Católica